¿Qué ocurre con los libros que los lectores deciden tirar?

Fecha

29 de noviembre de 2019

Un grupo de recolectores de residuos de Ankara, capital de Turquía, instaló una biblioteca con libros que recuperaron de la basura en sus horas de trabajo. Creada en una fábrica abandonada, la biblioteca ya cuenta con más de 4750 obras.

¿Qué ocurre con los libros que los lectores deciden tirar para hacer un hueco en sus estanterías? En Ankara, Turquía, los volúmenes abandonados reviven en las paredes de una antigua fábrica de ladrillos, conformando una sorprendente biblioteca.

Allí, un grupo de basureros de la capital turca instaló, hace siete meses, una biblioteca que cuenta ya con más de 4.750 obras, recuperadas de la basura en sus horas de trabajo.

La fábrica estaba abandonada desde hacía veinte años. Ahora, los trabajadores acuden allí en sus ratos libres para leer o jugar al ajedrez. La biblioteca, en principio, estaba pensada para que ellos y sus familias pudieran llevarse los libros a casa durante 15 días. Pero, ahora, está abierta a todo el mundo, explica su responsable, Emirali Urtekin.

La idea es no desperdiciar nada. Aquellos libros que ya no se pueden ni leer son transformados en apoya libros y las lámparas están hechas de antiguas tuberías de cobre. Además de la biblioteca, los recolectores han acondicionado en la antigua fábrica una barbería, una cafetería, espacios de descanso y las oficinas de los administradores del sitio.

En cuanto a la variedad de libros que pueden encontrarse, hay desde novela rosa y libros de economía a obras de terror o cuentos para niños. Los libros se clasifican en 17 categorías, aunque pronto podría haber más. La saga de “Harry Potter”, la de “Cincuenta sombras de Grey”, las novelas de Dickens, las de J.R.R. Tolkien y las del premio Nobel turco Orhan Pamuk. Hay lugar para todo en este original emprendimiento.

La biblioteca -que es gratuita y está abierta las 24 horas- ha despertado mucha curiosidad, tanto en Turquía como en otros países. Y Urtekin asegura que ahora recibe más libros, y no solo gracias a la basura.